Hola, soy Daniel Galindo, Licenciado en Finanzas y Banca y Diseñador Financiero. La última década me he dedicado a estudiar profundamente el campo económico y financiero, he laborado en Banco y Casa de Bolsa, dirigiendo el área comercial de previsión social a nivel nacional en uno de ellos, operando divisas para importadores y exportadores e intermediando tanto fondos de inversión como seguros y fianzas. He impartido cursos de algunos módulos de la certificación de la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB) en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) e incursionado en vertientes regulatorias y operativas del sector.

Este último mes, derivado de la situación que estamos viviendo por la pandemia del COVID-19, nos hemos visto inmersos en una espiral interminable de información, y el encierro y distanciamiento tocan en nuestra mente las puertas del miedo, la incertidumbre y la desesperación, planteándonos ciertas dudas respecto al futuro. Algunos de mis clientes me han consultado mi opinión al respecto, por lo que hoy decidí dar respuesta a muchas de sus interrogantes en este escrito.

Si toman esta lectura, ahora que se tiene mucho tiempo disponible, recomiendo llegar hasta el final. Todos los puntos que expongo se conectan entre sí y no sólo hablo del plano económico, sino que a éste lo complemento con el enfoque personal que le podemos dar a estos tiempos. Manifiesto que son opiniones personales, pues yo creo que es muy complicado y más en estos tópicos que exista una verdad absoluta. Por lo tanto, mi visión emana de los conocimientos que he adquirido con la experiencia y de los principios fundamentales que rigen a la economía. 

Son demasiadas aristas las que impactarán el futuro próximo de nuestra economía, pues partimos del hecho de que a nivel mundial la recesión que se aproxima será al menos comparable con la gran depresión (iniciada en 1929), y digo “al menos” porque en aquel entonces el origen fue meramente financiero y la historia puede señalar como culpables a países en específico; sin embargo, en ese tiempo la economía no se detuvo, fue golpeada pero no se paralizó en una sola escena. Hoy es diferente, nunca en la historia se había detenido la actividad económica en el mundo a un 70% (porque hay actividades de primera necesidad que continúan), y hablamos por periodos de 60-90 días. El tiempo de cuarentena ha dependido del número de casos por país y de sus capacidades y estrategias particulares de respuesta. Esto genera un efecto dominó gigantesco porque rompes con las cadenas productivas que son la base del modelo económico capitalista. Y además no se puede asumir que terminando el período de 60-90 días desaparecerá el virus, ya que las medidas implementadas sólo hacen que la curva de contagios se suavice para evitar colapsos en los sistemas de salud.

El efecto lógico (independientemente de las estrategias de los gobiernos) que la pandemia provocará por sí sola es una recesión mundial, pues para este año se verán decrementos en el Producto Interno Bruto (PIB) de los países en rangos del -2% al -20%. También cerrarán entre 10% – 40% de las PYMES y entre 5% – 15% de las grandes corporaciones, provocando que entre 20% – 35% de los empleados actuales pierdan su trabajo y fuente de ingreso y que los que conservan su empleo disminuyan su gasto por precaución, lo que hará más lenta la recuperación de las economías. Por otro lado, en los países tercermundistas principalmente se generará un incremento en los actos delictivos, hay que comer… y no todos encontrarán formas legales para cubrir esa necesidad básica.

Siempre han existido en todo el mundo los ciclos económicos (recesión, recuperación, crecimiento, auge, desaceleración y recesión nuevamente) con duraciones promedio de 7 a 15 años. En este caso la etapa de recesión que provocará COVID-19 promete ser mucho más agresiva que en los ciclos anteriores, vislumbrándose la siguiente etapa de recuperación económica en el periodo del año 2023 al 2027.

Pandemias siempre han existido (la peste negra, la epidemia de baile, la peste de Viena, el cólera, la gripe rusa, la gripe española, la gripe porcina, la influenza, el SARS, entre otras) y si analizamos el almanaque de ellas, algunas han acabado hasta con cien millones de vidas; pero ahora, por temas de derechos humanos, salud pública y preocupación por atender a lo que es moralmente correcto, la premisa número uno es salvar vidas y evitar el colapso del sistema de salud, por ello, es la primera vez en la historia que vemos largas cuarentenas y una parálisis económica global de esta magnitud.

Ahora pasemos a México, nuestro caso particular. Primeramente le aplica todo lo de carácter general que acabo de mencionar, más el tema de la disminución de ingresos por remesas (el cual representa aproximadamente el 3% de nuestro PIB), mismos que se verán afectados por la pérdida de empleos en Estados Unidos, que primero despiden a los extranjeros y después a los propios.

Somos un país envidiable, estamos entre las 15 economías más grandes del mundo, tenemos una ubicación geográfica privilegiada, una diversidad ecológica inmensa, contamos con un amplio abanico gastronómico y somos fuertes en el sector turístico, además de constantes aprendices en el sector financiero, médico y tecnológico. Entonces… ¿qué nos preocupa?

Que “el pueblo tiene el gobierno que se merece”… y me voy a posicionar no en la esquina mentirosa, amarillista, conservadora y neoliberal en que nuestro Presidente tiene a los medios de comunicación, sino como el mismo mandatario dice que le gusta… en una posición objetiva, estudiada y con una presentación sólida y justificada de argumentos.

Yo sí creo que al día de hoy más de la mitad del país aún respalda la última elección Presidencial, sin embargo, es inadmisible que la verdad única y absoluta la tenga nuestro Ejecutivo (al que piensa diferente se le acompaña “elegantemente” a la puerta de salida), que nunca da respuestas concisas, que se escuda en que “el habla despacio”, en que “no tiene por qué saber hablar inglés”, en que “toda la culpa es de los gobiernos anteriores”, en que “cuando llegué, así estaba”, en que “todo es causado por la corrupción”, en que “todo es provocado por la mafia del poder”… veámoslo a nivel micro, en cualquier empresa si tú llegas y ante los malos resultados de tu propia chamba atañes la culpa al que estaba antes de ti o te justificas diciendo que a ti no te toca… te corren, punto.  

Sumémosle a la inminente crisis mundial las políticas locales y estamos ante un panorama poco prometedor, más si consideramos que el actual Gobierno cimenta la economía nacional sobre los siguientes cinco pilares:

  1. Refinería de Dos Bocas: es meterle dinero bueno al malo. Sabemos perfectamente quiénes tienen una ventaja de décadas en los procesos de extracción petrolera (Estados Unidos, Rusia y los Emiratos Árabes), “los primeros en llegar siempre son los últimos en morir”, por lo que México le apuesta tarde a un recurso natural que tiende a bajar su demanda. En situaciones sorpresivas de corto plazo lo estamos viendo, ante el COVID-19 la demanda se fue al suelo, provocando que ante la sobreproducción de petróleo los precios bajaran rápidamente en todo el mundo, (no, no fue el Presidente de México quién bajó el precio de la gasolina).

En palabras coloquiales, ayer me encontré con un ejemplo burdo pero que lo explica fácilmente: supongamos que estás casado y sabes que tu mujer saldrá en tres semanas de viaje, entonces firmas un contrato para que ese día te envíen una escort a tu casa, pactando el precio en el contrato al día de hoy. Ahora, eso mismo lo hacen muchos hombres traviesos y de pronto… llega el COVID-19, entonces las esposas que no iban a estar se quedan en casa, y como obviamente ya no quieres que te manden la escort pero ya firmaste, entonces tratas de vender tu contrato a alguien más, pero oh sorpresa, a todos les pasó lo mismo que a ti y no pueden recibir a la escort, y por su parte la agencia de escorts no puede hospedar a todas tampoco, entonces llegan a un punto en el que todos pagarían por que les quiten esos contratos de encima… así el petróleo hoy.

Además, es importante considerar que la caída de precio del petróleo también generará un efecto dominó en la fijación de precios de productos y servicios que dependan de él.

Ahora, si vemos a largo plazo, la tendencia es migrar a energías renovables, y no sólo por un tema de moda, sino por el tema que es más preocupante incluso que la crisis económica: el calentamiento global. Debemos desplazar al petróleo en pro de nuestro planeta, entonces… ¿es la mejor decisión tener como proyecto prioritario invertir tanto dinero en un recurso natural que tiene sus días de auge contados?

  1. Aeropuerto de Santa Lucía: es preocupante la incongruencia que maneja nuestro Presidente, nos dice que “todo lo pone en manos de especialistas, que son maestros, doctores, expertos en su ramo, en ellos confía y les encomienda estos temas”, pero cuando estos expertos emiten su dictamen fundamentado, las respuestas del Presidente son: “presenta tu renuncia”, “estaba bajo la mafia del poder”, “era un plan de los conservadores”, “¿qué dijistes?”

Según el Presidente todos estos eruditos están mal al presentar el proyecto de Santa Lucía como inviable, a pesar de que demostraron que el gasto operativo será altísimo, se perderá inversión de aerolíneas extranjeras en México, la logística de traslado es absurda y la recuperación de la inversión es inexistente, entonces… ¿es la mejor decisión tirar por la borda los cientos de miles de millones de pesos que ya se habían invertido en un proyecto probado y bien analizado por los expertos que tanto menciona el Presidente, para destinar más dinero ahora en algo inviable?…

  1. Tren Maya: es un hecho que el turismo es una buena fuente de ingresos para México, y también es sabido que hay muchos atractivos turísticos que requieren de inversión urgente (la Riviera Maya no es uno de estos lugares), entonces… ¿es la mejor decisión destruir reservas naturales para construir un tren en la zona con mayor avance e inversión en término turísticos?…
  2. Acabar con la corrupción: a pesar de que es lo que más menciona el Presidente, no coloco este punto en primer lugar, ya que está más que claro que no es la prioridad auténtica de alguien que avergonzó a su país al ir a saludar a la mamá de uno de los peores criminales y “echar los taquitos con ellos” (de seguro esas camionetas no son de “la mafia del poder”, son pagadas con el sudor de la frente y el trabajo honesto), y para rematar, salió ante las cámaras a confirmarlo, y lo justificó como “un acto de humanidad”… ¿qué pensará el mundo de esto, qué imagen estamos transmitiendo?…  Es alarmante el incremento en los homicidios, el narcotráfico y la extorsión, tenemos cifras récord, y las respuestas del Presidente son “con besos, abrazos y obedeciendo a nuestras mamás tendremos seguridad” y “nuestra guardia nacional es la mejor”; sin embargo, yo Daniel, tengo otros datos: antes no me habían asaltado (me mantenía entre los afortunados), antes no le habían robado el auto a mi mamá, antes no asaltaban cada semana los comercios de mi colonia, antes no vivían a mis alrededores personas dignas de sospecha que les clausuran sus propiedades e ignoraran las órdenes quitando los sellos de clausura, construyendo ilegalmente y metiendo y sacando camionetas en las madrugadas. Un Gobierno debe ser para todos, si analizamos a los gobiernos anteriores, se dirigían a “pobres” y a “ricos” (como les refiere nuestro actual Presidente), pero este Gobierno se dirige solo a los “pobres” y busca acabar con los “ricos”. Se está profundizando la polarización de clases.
  3. Cero incremento de la deuda externa: En la mayoría de los países más desarrollados del mundo ha habido apoyos inmediatos a las empresas ante el COVID-19, apoyos con créditos y apoyos fiscales. En México (dice nuestro mandatario que somos el número 1 un varios rubros, me gustaría que fundamentara esta premisa) los apoyos han sido adelantar dos meses de las pensiones de los adultos mayores (¿es realmente un apoyo? si en los meses futuros no recibirán su pensión porque les fue adelantada) y el otorgamiento de un millón de créditos de $25,000 a PYMES (¿es suficiente este apoyo? si no alcanza para cubrir el gasto operativo de muchas empresas y además quedarían otros millones de empresas sin el beneficio).

Además los empresarios están en un callejón sin salida, el mensaje que reciben de apoyo es: tú que estudiaste, tú que invertiste y arriesgaste tu capital, tú que das trabajo a los “pobres”, tú que pagas tus impuestos, pues ¿qué crees?… ante esta contingencia (que se que no estás generando ingresos), no puedes despedir empleados, les tienes que seguir pagando, y muy importante, no dejes de hacer tus contribuciones al IMSS y al SAT.

Esto último es fundamental porque con esos impuestos se incentivan los programas sociales, para, entre otras cosas, regalar dinero a los “ninis”, que no estudian, no trabajan, no arriesgan su capital y no pagan impuestos, porque en vez de invertir en educación, mejor se les paga para que sigan refrendando su voto… y así el mandatario pueda acabar de eliminar a los “conservadores”.

En México hoy la política es cero deuda externa, pero… ¿es la mejor decisión en esta contingencia de COVID-19, no utilizar los créditos financieros que tenemos disponibles y no canalizar momentáneamente los fondos para proyectos no prioritarios a amortiguar el impacto económico que se avecina?…

Vivimos en un mundo globalizado y dominado en gran parte por el modelo capitalista, ergo, movido por la inversión, misma que puede ser para financiar a empresas, a bancos, o a gobiernos. Para saber en cuál de ellos me conviene más invertir y en qué país, existe algo llamado análisis financiero. Hay de dos tipos, fundamental y técnico, ambos son realizados por empresas reconocidas mundialmente, que están dedicadas al 100% a esta actividad y elaboran un dictamen otorgando una calificación crediticia a los instrumentos que emiten las empresas, los bancos y los gobiernos.

Hoy las instituciones calificadoras más reconocidas del mundo nos han otorgado nuevamente una baja en la calificación como país, con base principalmente en su análisis fundamental, que no es otra cosa más que ver con sus propios ojos todo lo que mencioné previamente de los cinco pilares de nuestro actual Gobierno. Tanto las calificadoras como los inversionistas, han dado respuesta negativa a las preguntas que hice al final de cada pilar, por ello hoy la calidad crediticia está a un grado de ser especulativo (inversión riesgosa). Nuestra baja calificación da un parámetro de inseguridad al inversionista, pues es como preguntar cuando ves en la crítica de películas una calificada con 10 y una con 5, ¿cuál irías a ver?, lo mismo pasa con los inversionistas, ¿en dónde crees que prefieran invertir su dinero?

La fuga de inversión extranjera a otros mercados por la baja seguridad que representa que inviertan en México y la política del quinto pilar de cero deuda externa, están acotando las opciones que tiene México para brindar apoyos económicos ante el COVID-19. Lo anterior a pesar de que sí existen alternativas, como la línea de crédito que tenemos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de 61,000 millones de dólares (la cual fue ganada en los últimos tres periodos presidenciales de los archienemigos conservadores de nuestro actual Presidente). Esta línea de crédito es 10 veces más grande que la emisión de deuda que acaba de realizar ayer el Banco de México (Banxico) y puede representar dinero inmediato a inyectar en el corto plazo para minimizar el impacto del COVID-19 en nuestra economía, pero lamentablemente se contrapone al quinto pilar.

¿Qué significa la acción de Banxico de ayer 22 de abril? Bueno, pues básicamente salieron a poner en la mesa “contratos” que buscan inversionistas, es decir, “préstame tanto dinero y te lo regreso a 5,12 ó 31 años”, a tasas medianamente atractivas que coinciden con la inflación promedio histórica de los últimos 10 años (4%); entonces estarán pagando 4.12%, 5% y 5.12% respectivamente. En este momento dichas tasas resultan atractivas, ante la baja inminente que hará Banxico a la tasa de interés en las próximas subastas (el estimado es que la tasa de referencia, CETE 28, pueda bajar a niveles de entre el 2% y 4.5% en los próximos 12 meses), para incentivar el consumo y recuperar el crecimiento del PIB, entonces… ¿es buena o mala esta acción de Banxico? Vaya, pues es lo menos que podían hacer, era de las últimas opciones, ya que muchas de las otras alternativas las tiró por el precipicio nuestro Presidente con sus caprichosos 5 pilares.

Es también importante contemplar que estos bonos se deben colocar, es decir, que para que el dinero se utilice para la causa es porque antes ya confiaron los inversionistas en dichos bonos y los adquirieron en su totalidad, que con nuestra calificación a nivel país habría que ver los tiempos. Nuevamente, disponer de los recursos que tenemos autorizados y disponibles en nuestra línea de crédito con el FMI sería más rápido. 

Por último, tenemos el tema de las Afores, el cual, derivado de otra noticia del día de ayer en la que un senador de Morena propuso que las Afores fueran administradas por el Banco de Bienestar, es también un tema que está causando preocupación.  

Muchos de mis clientes me han preguntado si les recomiendo realizar aportaciones voluntarias a su Afore, a lo que mi respuesta es: hoy yo, a título personal, prefiero buscar otros esquemas financieros, a pesar de que las Afores son absolutamente necesarias y son buenas (aunque insuficientes para nuestro retiro). Hoy no tengo la certeza de que su operación se mantenga en manos de instituciones financieras privadas especializadas y dedicadas a eso, porque a pesar de que exista la Ley que rige a las Afores, ya constatamos en días pasados con nuestros propios ojos que si Morena lo dice se hace (caso de los fideicomisos de los que echaron mano en días anteriores), y si la Ley es otra la cambian, y si alguien se interpone lo quitan, entonces yo desde hace meses veo muy factible el funesto escenario de que el Gobierno en un “acto de magia” pase los recursos de nuestras Afores a su poder.

Noticias como la publicada ayer constatan que “si el río suena, es porque agua lleva”. Se dijo que esta acción ayudaría a dar mayor fuerza a los programas sociales, por lo que en una analogía, el Presidente bien podría quedar como Robin Hood. Lástima que nosotros seamos los “ricos” y que los recursos de nuestras Afores puedan ser el dinero que les sea dado a los “pobres”. Ojalá, y repito, ojalá me equivoque en este feo presentimiento.  

¿Que se viene para México?

Una crisis más fuerte que en la media de los 20 países más desarrollados, ya que nuestra divisa ha perdido mucho terreno frente al dólar, nuestra calificación crediticia se acelera rumbo al sótano, muchas empresas están quebrando o despidiendo a sus empleados, el desempleo genera hambre y ésta, a su vez, crimen y violencia; el sector salud está en contingencia al verse rebasado, las cadenas productivas se encuentran interrumpidas y los pocos recursos que tenemos se están destinando a proyectos no rentables (los 5 pilares).

Veo una caída del PIB en 2020 de entre el 10% y el 12% (lo cual podría variar dependiendo de la velocidad en el aumento de los contagios y muertos y el plazo de las cuarentenas en México y las principales economías), una inflación real para nosotros (efecto temporal de los próximos 2 a 3 años que se tendrá que estabilizar) de entre el 10% y 20% (es decir los sueldos rendirán ese porcentaje menos que antes para comprar lo mismo) y el dólar para cierre de año entre $24 y $27 pesos por dólar (esperemos que nos favorezca el panorama para conservar el nivel $23 – $24, pero falta ver cómo evoluciona el COVID-19 y sus primeras consecuencias económicas, las elecciones en Estados Unidos y la guerra petrolera). 

Ahora, como bien dicen que la crítica sin propuesta es un comentario de mal gusto, a continuación comparto los que yo considero que deberían ser los pilares de nuestro Gobierno, mismos que corresponden a las principales funciones que debe tener todo Gobierno:

  1. Educación: desde 1980 no se construyen escuelas públicas a un ritmo aceptable, la relación entre el crecimiento poblacional y el crecimiento en la capacidad educativa es absolutamente insuficiente. La base del progreso en cualquier economía es la educación. Con educación no hay hambre, con educación no hay crimen, con educación hay riqueza, con educación hay inversión, ataquemos el problema de raíz.
  2. Sector Salud: desde hace meses se presenta desabasto de medicinas y erradicación de los intermediarios en la cadena de suministro (sólo podemos hablar de 3 grandes sobrevivientes). Por poner un par de ejemplos con una analogía de retail, lo que se ha hecho, sería como eliminar a Walmart y ahora tener que comprar directo en Bachoco o en Nestlé, o eliminar a Liverpool y ahora sólo comprar directo en Levis o en Calvin Klein. Los productores primarios no tienen ni la tecnología, ni la logística, ni la capacidad de almacenamiento que sí tienen los distribuidores en el plano secundario. Y ahora todo lo que esta pasando por COVID-19, viene a agravar los problemas planteados.
  3. Seguridad: combatir con toda la fuerza militar al narcotráfico, no puede existir un crecimiento sostenible para los empresarios si no dejan de robarles el “derecho de piso”, no puede existir tranquilidad en los padres si temen que sus hijos no regresen, no puede existir tranquilidad para nadie si tenemos el temor de que a nuestras hermanas, madres o hijas las asesinen, no puede existir una reinversión para el crecimiento si lo que tanto nos cuesta nos es despojado de nuestras manos. ¡Ya basta!
  4. Inversión nacional y extranjera: crecer con proyectos verdaderamente rentables y no caprichos (los 5 pilares).

Por otro lado, hay una frase que me gusta mucho que dice que “para que la maldad triunfe, basta con que los buenos no hagan nada”, por ello, me parece de suma importancia compartir algunas recomendaciones que debemos seguir en estos tiempos de cuarentena.  

Bien dice el Coach Financiero Juan Diego Gómez que las épocas de crisis pueden ser excelentes oportunidades, pues dividen a las personas en dos tipos: los que se dedican a llorar y los que se dedican a vender pañuelos. Por lo tanto, si tú eres de los segundos, del grupo de los CHINGONES, te hago las siguientes sugerencias:

  1. Adquiere buenos hábitos alimenticios y haz ejercicio todos los días, toma agua y mantente alcalino (disminuimos así enfermedades y riesgo ante el propio COVID-19, y ayudamos a tener una mente alerta y lista para ganar cualquier batalla).
  2. Ver pocas noticias y hacerlo temprano, de buenas y con la mente abierta y positiva, el resumen de lo más importante. Es necesario informarse, pero todo en exceso es malo. También es altamente recomendable evitar las noticias falsas y sembrar con ellas el pánico en las redes sociales.
  3. Ser el mejor en tu trabajo y en lo que haces. Es fundamental que no pierdas tu ingreso, y ahora que tenemos el “home office” es momento de demostrar que se puede ser incluso más productivos. Levantarse temprano, ejercitarse, desayunar, arreglarse y arrancar a tiempo y en un espacio acondicionado para el trabajo son acciones clave en estos momentos. La única ventaja competitiva que tenemos es la actitud y la preparación constante, arrojando resultados arrolladores frente a tu competencia.
  4. Busca formas de diversificar tus ingresos, de forma adicional a tu trabajo, con asesorías, publicaciones, venta de productos, facilitando servicios, realizando inversiones (esto urge si no las tienes), etc. Hoy constatamos que no se puede estar a expensas de un “ingreso seguro”, ante imprevistos que salen de las manos de todos como lo es una pandemia.
  5. Haz un gasto inteligente. No digo que dejes de gastar de forma absoluta porque eso sería peor y si todos lo hacemos no habrá recuperación económica, pero sí que hagas un gasto con mayor consciencia. Esto te ayudará a ahorrar más y es muy importante que esos ahorros los inviertas, la inversión también mueve a la economía y te permitirá ir creando un patrimonio que te ayude a enfrentar momentos como éste y también a poder alcanzar grandes satisfacciones en el futuro.
  6. Aprende cosas nuevas y lee todo cuanto puedas. Leer es el arma más poderosa que existe para el crecimiento personal y profesional.

Lo que se ha creado en cientos de años no puede destruirse en 2, 4 ó 6 años. México es grande. Hoy México necesita a los positivos, a los guerreros y a los que no nos doblamos ante nada. Así que sea bueno o malo nuestro Presidente, haya crisis global o no, nosotros vamos a todo, por el todo y con todo.

Ya sabemos lo que se viene los próximos años y no lo podemos frenar, pero sí podemos escoger como manejar nuestra realidad en estos años. ¿Veremos el vaso medio lleno o medio vacío? ¿Seremos un mejor pueblo para aspirar a un mejor Gobierno? Muchos tenemos salud, familia, amor, trabajo, dinero, vestimenta y techo… Así que frente en alto, que en la próxima década no seguiremos siendo los mimos… ¡Seremos mucho mejores!

¡FUERZA MÉXICO!

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